domingo, 31 de octubre de 2010

Las Palabras Adecuadas


Estuve ausente del blog, han pasado varias que han impedido que escriba, sin embargo hoy me hago de un tiempo para plasmar aquí lo que pasó. Hace unos días nos enteramos que hubo un problema con la cripta donde descansan los restos de mi amada Natalia (mi abuela materna). Ese lugar fue comprado por mi mamá hace años y resulta que todo está mal: En el libro dice un lugar y en el título de propiedad otro, no nos habiamos percatado de eso y hasta hace unos días lo supimos.
Resulta que es un problema serio, la cripta está en un templo y cuando fuimos a platicar con el sacerdote y a exponerle el problema, éste nos recibió a la defensiva (OJO NO IBAMOS A RECLAMARLE) y nos dijo a mi hermana y a mi que teníamos la culpa por no estar al pendiente de la cripta.
Hago un paréntesis para decir que mi hermana y yo nos hacemos cargo, en todos los sentidos de nuestros padres que son personas de más de 80 años, con enfermedades serias y que requieren de muchos cuidados, tiempo y dinero para que estén en las mejores condiciones y tengan una calidad de vida digna.
Reconocemos que tenemos parte de la responsabilidad, pero no ibamos a reclamar, sino en busca de una solución al problema; y en lugar de eso recibimos regaños y palabras hirientes.
Soy católica convencida y practicante de mi fe. No por esto voy a cambiar, entiendo que los sacerdotes tienen mucho trabajo, presiones, cosas que hacer... pero en el caso de este en específico, que es joven por cierto, debe de practicar algo que es básico en nuestra religión: La caridad.
Por mi fe, que doy gracias al cielo que me fue inculcada por mi madre, no respondí a las cosas que me dijo y que como humana me hicieron sentir herida y luego enojada, porque se estaba poniendo la sotana porque iba a oficinar la misa.
Mi madre me inculcó respeto, amor, comprensión hacia la figura sacerdotal por lo y a quien representa. Estabamos en la casa de Dios, y no iba a ser ahí donde nos ibamos a poner a decir cosas que como humano las merecía.
Con tristeza me doy cuenta que sacerdotes como este tienen parte de la responsabilidad de que los fieles se alejen cada vez más del catolicismo, que se vayan a engrosar las filas de los hermanos separados.
Y esto no es un reclamo, no, porque al final de cuentas mi amada Natalia está con Dios, de eso no me cabe la menor duda; pero como humanos y dueños de esa propiedad tenemos derecho a que se nos solucione el problema.
Con más tristeza que coraje me doy cuenta que este sacerdote necesita oraciones, muchas, para que ejerza su presbiterio como debe de ser; que sea un guía para nosotros y no un ser irascible que abusa de su "poder".
Sé que la molestia y el coraje pasará. El problema de una u otra forma se solucionará y también sé que Dios escoje a sus pastores para que apacienten sus ovejas, así que bendiones para él y ojalá que ese Dios para el que trabaja, que es e conozco y que es todo amor, lo ilumine y lo guíe para que de testimonio que convenza y atraiga a los fieles, no los auyente.
Mi amada Natalia, te llevo en mi corazón, en mi pensamiento, en mi alma... Y mientras viva y te recuerde seguirás aquí, entre nosotros tu familia.

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