sábado, 8 de enero de 2011

Con Nuevos Bríos




Llega un año más. Recuerdo hace 11 años había una gran expectativa por la llegada del año 2000... un nuevo milenio y las dudas, las leyendas urbanas sobre el fin del mundo, pero sobre todo la emoción de entrar a un nuevo siglo y como decía antes a un nuevo milenio... 11 años ya de todo eso.
2010 fue para mi y mi familia un año difícil, doloroso. Hubo pérdidas que marcaron fuertemente a mis padres: partieron sus respectivos hermanos, los únicos que les quedaban apenas con unos meses de diferencia. Luego el cáncer que afectó a mi hermana y que cimbró a la familia, a la nuclear claro, a la extendida no tanto... y en la recta final del año, por noviembre, también enfermó mi madre y fueron días, semanas de dolor, de incertidumbre de verla postrada, muy mal, tanto que llegué a pensar que la perdía.
Gracias a Dios pasó y mamá sigue con nosotros ya en un 90 por cierto recuperada... mi hermana sigue luchando con la enfermedad y aunque hay días malos donde la tristeza nos invada, la incertidumbre hace de las suyas y donde llegamos hasta las lágrimas, terminamos el años agradeciendo tener vida, trabajo, tranquilidad y pidiendo salud, sólo eso: salud.
La mayoría de los planes que había para cambiar de aires y buscar nuevos horizantes en varios aspectos de nuestra vida se esfumaron por los motivos ya relatados líneas arriba... pero sólo es cuestión de tiempo y he aprendido que la paciencia es algo que se debe de practicar continuamente, yo que soy tan desesperada, porque las cosas llegan en el momento justo y cuando tienen que llegar.
Lo importante es que estamos vivos, que seguimos adelante y que nos tenemos, que como familia hemos cerrado filas, estrechado lazos y sobre todo, que somos un equipo y que juntos vamos a llegar hasta donde Dios nos guíe porque sin Él... sencillamente no podríamos.
En 2010, justo por la enfermedad de mi mamá tuve un reencuentro con una persona que fue bastante significativa en mi vida y a pesar de que hay diferencias que ya no pueden sanearse, me di cuenta que sigue habiendo un sentimiento especial... un cariño que nos unirá siempre, aunque no nos vemamos, aunque no hablemos, aunque no nos escribamos sabemos que estaremos ahí para cuando nos necesitemos.
Saberlo me hizo sentir bien, porque es una de las personas que me conocen bien y viceversa. Hay un lazo delgado, pero firme que nos sigue uniendo, a pesar de todo continúa y ninguno desea romperlo. Ahora sé que hay afectos que son para siempre... Este es un regalo de Dios y lo acepto porque esos momentos por los que estaba pasando sólo esta persona podía darme el consuelo y la mano amiga que necesitaba para seguir adelante. Y aunque sé que no leera esto porque ni siquiera sabe que existe este espacio: GRACIAS, MIL GRACIAS POR ESTAR.... Y SABES QUE TAMBIÉN CUENTAS CONMIGO.
Por todo esto comienzo 2011 con nuevos bríos y con el mejor de los ánimos.

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