domingo, 22 de abril de 2012

Me Negaba a Creer


Durante años, desde que tengo recuerdos de ti siempre sentí que una barrera nos separaba. Tu rechazo, todas las veces que me heriste, física y emocionalmente, siendo yo una niña que te amaba; una niña que no entendía el por qué de tu actuar y tampoco tenía la manera de defenderse.
Con el paso del tiempo tu mismo proceder hizo que me volviera rebelde contigo y la brecha que nos separaba se fue haciendo cada vez más. Crecí, me volví adulta, autosuficiente y tú hiciste tu vida. Intenté mucha veces derribar ese muro invisible pero que hacía imposible que nos acercáramos. Lo intenté y lo deseaba una y mil veces y siempre me topaba con lo mismo: tu rechazo.
Cuando necesitaste de mi y pediste ayuda para ti y tu hija lo hice, te brindé lo que necesitabas y lo hice de todo corazón, sin esperar nada a cambia y creyendo que cumplirías tu palabra de devolver lo que te di en calidad de "prestado", cosa que nunca volvió... lo que más me dolía era que cada vez que podías me dijeras "ay, tenía tu dinero pero lo gasté en otras cosas"... y siempre te contesté que no importaba, aunque me dolieran tus palabras.
Siempre criticaste a mis amigos, mis gustos... todolo que hacía y que era importante para mi.
Fueron años que aguanté todo eso con la esperanza de que un día todo comprenderías que te amaba porque eres parte de la persona que más amo en la vida: mi madre.
Cuando una vez, en un momento de debilidad, llorando te confesé una situación muy dolorosa para mi y me abrazaste, sentí ese abrazo tan falso que mejor me guardé todo lo que quería decirte para mitigar mi dolor.
Sólo una vez, una vez nada más sentí un poco de cariño de tu parte: cuando me casé y les informé que la situación de mi ahora esposo y la mía era económicamente difícil y que sólo habría una ceremonia religiosa y nada más.
Tú te ofreciste a colaborar para que hubiera un convivio y gracias a mis hermanos que también se unieron a la iniciativa se hizo una pequeña fiesta: ese detalle lo guardaré en mi corazón por siempre como un acto de amor, algo que yo necesitaba mucho de todos ustedes.
Con el tiempo supe que el motivo de tu rechazo fue desde el día que nací, ser la hija más pequeña no fue mi culpa, son circunstancias que no puedo cambiar y yo no tengo UN SOLO RECUERDO NEGATIVO DE MIS PADRES.
Todo lo que me hiciste fue pasable, porque me lo hiciste a mi: Pero que te comportes como lo haces ahora con mi madre es algo que no puedo pasar. Sé que el muro entre tú y yo ya se hizo más alto, más infranqueable... y me duele, pero también hay sentiemientos que por ahora no puedo decir que ya pasaron y que todo está bien.
Como católica convencida que soy, y en quien creo y por mi madre que de mi parte de merece todo, todo lo mejor te digo: QUE DIOS TE BENDIGA.
Que todo lo que ahora tienes se multiplique y que seas feliz, pero a mi déjame, necesito estar sola (sin ti y los tuyos), no verte por mucho tiempo para que mi corazón y mi alga encuentren paz en el único que me lo puedo dar: Dios.
No te digo adiós para siempre, porque sé que no puedo hacerle eso a mi madre, pero sí te digo un hasta luego indefinido... cuando sea el tiempo y la voluntad de Dios nos reencontraremos.

No hay comentarios: