Como creyente que soy, una vez más Dios me dio una prueba más de su infinito amor y que a pesar de nuestros errores y debilidades humanas siempre está ahí para darnos lo que necesitamos.
Hace poco más de un año mi esposo se dectectó una pequeña bolita en el cuello, a lo que no hizo el menor caso y no siquiera me lo comentó. Pasaron los meses y esa bola fue creuciendo. En noviembre falleció un vecino, así de pronto. Por la mañana mi esposo lo había visto bien, platicando y hacien su vida normal, en la tarde se lo llevaron grave al hospital y en la noche murió.
Esto movió muchos sentiemientos en mi esposo y fue cuando me dijo de esa bola que tenía en el cuello. Empezamos a buscar ayuda médica y seis meses de ir y venir a consultas, de estudios y más estudios por fin anteayaer lo operaron para extirparla. Ahora están analizando y según el resultado ya se verá eltratamiento a seguir. Ahora mi esposo está en recuperción y todo esto nos ha unido mucho más y cada día compruebo que Dios está siempre ahí, como un padre amoroso para darnos lo que necesitados; y María, también como madre, intercediendo por nosotros para que nuestros pesares y problemas sean más leves y llevaderos.
Si tenemos a tenemos a Dios, ¿quien contra nosotros?
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